Como
cada fin de semana, Armenta Rodríguez Lozano, acompañada de sus tres pequeños
hijos Jorge, Javier y Agustín, disfruta gratuitamente del programa municipal
Sábados y domingos culturales en el Paseo Guerrero Chimalli, sitio al que llega
con sólo 50 pesos.
Sin
importar que el día fuera gris, la familia Rodríguez acudió más temprano que de
costumbre para recorrer la Plaza Tlacaélel, espacio público que fue inaugurado
por el gobierno municipal en el año 2009, donde converge la cultura
prehispánica con la música vernácula, norteña y de banda.
Con
asombro, los menores observaron una réplica exacta de la Piedra del sol, mejor
conocida como Calendario Azteca y una escultura del estadista, pensador y
economista mexica Tlacaélel; ambas figuras esculpidas por las manos de canteros
chimalhuacanos, cuyo legado proviene de la cultura tolteca.
Entre
la Piedra del sol y la figura de Tlacaélel, Agustín y sus hermanos se postraron
justo sobre la casi imperceptible figura de la Diosa mexica Coyoxautli, quien
se encuentra recostada en el suelo mirando al cielo.
Justo
en este sitio, doña Armenta y sus pequeños admiraron el talento de grupos
chimalhuacanos, quienes con sus danzas cósmico-precuahutémicos reafirman el
sentimiento de orgullo indígena.
En
punto de las 17:00 horas, los pequeños Jorge, Javier y Agustín corrieron rumbo
al Guerrero Chimalli, donde los esperaba la música y las danzas del grupo
denominado Calpulli Teslayum Tepalcayotl. Los niños danzaron como los ancestros
prehispánicos, no tenían idea de sus movimientos pero una extraña fuerza los
impulsa a moverse como los danzantes.
Cuando
Tlaloc, Dios de la lluvia se hizo presente, Armenta y sus niños se
arremolinaron en la carpa instalada a espaldas del Guerrero Chimalli, ahí
fueron cobijados por la música mexicana de Jorge Alejandro quien interpretó los
temas: Caballo viejo de Roberto Torres, Pero la recuerdo de Pancho Barraza y
Por qué me haces llorar de Juan Gabriel, entre otros.
Cuando
la lluvia cesó, la familia se traslado a los pies del Guerrero Chimalli, donde
ya los esperaba el espectáculo multicolor de la fuente danzarina. Saltos,
gritos, risas y caras empapadas de alegría, fueron el resultado de una tarde en
el Paseo Guerrero Chimalli en Chimalhuacán.
Al
concluir el espectáculo, Armenta puso la ropa mojada de sus pequeños en una
bolsa de rafia, alistó su cabello mojado con un prendedor rojo y antes de
abordar el transporte que la regresó a su hogar, miró al cielo y afirmó “que
bonito día”.
+++
No hay comentarios:
Publicar un comentario