jueves, 17 de marzo de 2016

“La digitalización de las empresas de México muestra un retraso respecto a otros países latinoamericanos, señala la firma de consultoría gA en estudio”


Ciudad de México, marzo de 2016. La firma de consultoría en transformación de negocios gA, presentó recientemente su estudio “América Latina 4.0: La digitalización en la cadena de valor”, reporte preparado por el gA Center for Digital Transformation.
El trabajo, único en su tipo en Latinoamérica, evalúa el nivel de digitalización y la preparación de las empresas operando en la región para encarar la transformación digital. Se realizaron entrevistas a 75 empresas de 7 sectores industriales en 5 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, así como análisis de encuestas industriales de los países.
La investigación presenta el estado de la digitalización en México, tanto de consumo como industrial (de las empresas), con el fin de aportar reflexiones y promover la aceleración de la digitalización para impulsar el crecimiento del país.
Conducido bajo la dirección académica de Raúl Katz, profesor adjunto de la escuela de negocios de la Universidad de Columbia, y director del Centro de Transformación Digital de gA, el estudio concluyó que en Latinoamérica la transformación digital sigue siendo un reto importante para las empresas.
Particularmente para nuestro país, el reporte de gA identifica que la digitalización del consumo en México está creciendo aunque la brecha con los países de la OCDE se está acrecentando. Ello se explica a partir de que la penetración del internet de México (44%) es inferior a la de América Latina (51%), y especialmente la OCDE (82%). Asimismo, la adopción de banda ancha móvil muestra la misma tendencia: México (37%), América Latina (47%); OCDE (86%). Por tanto, si bien la digitalización del consumo en México está creciendo a una tasa anual compuesta de 6%, la brecha con la OCDE ha crecido de 17 a 19 puntos en diez años.
Hay que recordar que la digitalización define las transformaciones sociales, económicas y políticas asociadas con la masificación de las tecnologías de información y comunicación, en un ecosistema integrado por tres componentes:
•           La digitalización del consumo, centrada en los productos y servicios digitales como la telefonía móvil, la banda ancha y las redes sociales.
•           La digitalización industrial, basada en la adquisición de tecnología para permitir la digitalización de procesos productivos de las empresas.
•           La oferta de productos y servicios digitales que caracterizan al ecosistema.
La digitalización del consumo en México está creciendo a una tasa anual del 6% como resultado de esfuerzos público-privados, pero el mundo industrializado y los países avanzados de América Latina (Chile, Uruguay, Argentina) están progresando en su digitalización a tasas más altas, ensanchando la brecha con México, por lo que el reto es crecer a una tasa más rápida. Uno de los obstáculos estructurales para acelerar la digitalización del consumo en México es la distribución del ingreso: México posee 20% de hogares (5.488.000 con 28.200.000 individuos, de acuerdo a INEGI) con ingresos inferiores a los US $233. Para este sector, la compra de una canasta básica de servicios digitales (2 celulares en el hogar, TV de paga y banda ancha fija) requiere una erogación equivalente a más del 34% de sus ingresos. Este problema es principalmente de ingresos, ya que México presenta un índice de asequibilidad digital de 94.7 puntos, valor incluso superior al promedio de OCDE (93.9 puntos). La población de bajos ingresos se concentra principalmente en las zonas rurales, donde la cobertura de banda ancha fija es inferior que en el resto del país.
Mientras la digitalización del consumo representa un cambio fundamental en el comportamiento de individuos y grupos sociales, la digitalización industrial mejora la productividad en las empresas, siendo la aceleración de esta última una opción para incrementar el avance digital en el país.
Así, el hallazgo es que la digitalización industrial de México muestra un retraso respecto a otros países latinoamericanos y Europa Occidental. Por ejemplo, considerando el índice promedio de industrias en la región, la diferencia entre Chile y México es importante, lo que podría implicar una desventaja competitiva de México, máxime si se visualiza que la reducida diferencia entre Argentina, México y Brasil indicaría una ventaja de Chile y Colombia respecto a las otras naciones.
Sin embargo, a pesar de la situación promedio de México, hay empresas con un elevado índice de digitalización. Con un promedio de 46 en el índice de digitalización agregada de procesos productivos, 40% de las empresas de la muestra de México poseen un valor superior al de Chile como país. Los sectores más avanzados en digitalización son: Comercio minorista, Bienes de consumo masivo, y Ciencias de la salud (industria farmacéutica). Por otra parte, el sector menos consistentemente avanzado en digitalización es Manufactura.
En términos de digitalización en la cadena de valor de la empresa (Infraestructura, Abastecimiento, Procesamiento, Distribución y Ventas), México ocupa una posición avanzada en Distribución y Ventas. Todos los países están posicionados de manera avanzada en lo que hace al índice de Infraestructura, lo que no indica un retraso de México en esta área, siendo el desafío primordial en Abastecimiento y en Procesamiento.
Aún estos descubrimientos, el estudio valora que México está bien posicionado para abordar la transformación digital en la cadena productiva pese a la posición desventajosa actual. Las áreas de fortaleza de las empresas para afrontar la transformación digital –identificados por ellas mismas- son: Procesos de gobernanza para afrontar la transformación y la Definición de indicadores de desempeño. Las áreas débiles son: Cultura y grado de preparación para afrontar la transformación digital y Barreras institucionales a la transformación digital.
¿Porqué las empresas latinoamericanas, incluidas las mexicanas, no logran implementar la transformación digital?
Las compañías encuestadas en toda la región afirman que la digitalización de procesos productivos es fundamental para aumentar la competitividad. Sin embargo, estas están lejos de transformar las inversiones en aumentos de la productividad. Para ello es necesario que la adopción de tecnologías digitales se combine con un trabajo meticuloso de reorganización de procesos, restructuración de la organización y capacitación de los recursos humanos.
Específicamente el estudio de gA muestra que:
•           Aproximadamente la mitad de las empresas de la región carecen de una estrategia digital definida.
•           Más allá del CIO, la alta gerencia tiende a no estar involucrada en el esfuerzo de transformación digital de la empresa.
•           Cuando existen casos de transformación digital que están siendo implementados, en la mayoría de los casos, éstos son realizados de manera aislada y/o en silos.
Salvo que una empresa haya nacido “digital”, la re-fundación es un proceso donde las premisas del negocio definidas en su origen son cuestionadas y un nuevo modelo operativo es definido. Cada empresa operando en entornos competitivos específicos es un sistema único que necesita definir la estrategia digital que más se adecúe a su circunstancia.
Cuanto antes América Latina encare este desafío, la región estará lista a competir en condiciones de paridad con el mundo industrializado. Retrasar la transformación digital de las economías latinoamericanas no es una opción si queremos asegurar nuestro crecimiento futuro.
Las empresas mexicanas están frente al desafío fundamental de hacerse más productivas, no sólo por su beneficio, sino por la de la economía y contribución al crecimiento nacional.

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