Ciudad de México, marzo de
2016. La firma de consultoría en transformación de negocios gA, presentó
recientemente su estudio “América Latina 4.0: La digitalización en la cadena de
valor”, reporte preparado por el gA Center for Digital Transformation.
El trabajo, único en su tipo
en Latinoamérica, evalúa el nivel de digitalización y la preparación de las
empresas operando en la región para encarar la transformación digital. Se
realizaron entrevistas a 75 empresas de 7 sectores industriales en 5 países:
Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, así como análisis de encuestas
industriales de los países.
La investigación presenta el
estado de la digitalización en México, tanto de consumo como industrial (de las
empresas), con el fin de aportar reflexiones y promover la aceleración de la
digitalización para impulsar el crecimiento del país.
Conducido bajo la dirección
académica de Raúl Katz, profesor adjunto de la escuela de negocios de la
Universidad de Columbia, y director del Centro de Transformación Digital de gA,
el estudio concluyó que en Latinoamérica la transformación digital sigue siendo
un reto importante para las empresas.
Particularmente para nuestro
país, el reporte de gA identifica que la digitalización del consumo en México
está creciendo aunque la brecha con los países de la OCDE se está acrecentando.
Ello se explica a partir de que la penetración del internet de México (44%) es
inferior a la de América Latina (51%), y especialmente la OCDE (82%). Asimismo,
la adopción de banda ancha móvil muestra la misma tendencia: México (37%),
América Latina (47%); OCDE (86%). Por tanto, si bien la digitalización del
consumo en México está creciendo a una tasa anual compuesta de 6%, la brecha
con la OCDE ha crecido de 17 a 19 puntos en diez años.
Hay que recordar que la
digitalización define las transformaciones sociales, económicas y políticas
asociadas con la masificación de las tecnologías de información y comunicación,
en un ecosistema integrado por tres componentes:
• La digitalización del consumo, centrada en los productos y
servicios digitales como la telefonía móvil, la banda ancha y las redes
sociales.
• La digitalización industrial, basada en la adquisición de
tecnología para permitir la digitalización de procesos productivos de las
empresas.
• La oferta de productos y servicios digitales que
caracterizan al ecosistema.
La digitalización del consumo
en México está creciendo a una tasa anual del 6% como resultado de esfuerzos
público-privados, pero el mundo industrializado y los países avanzados de
América Latina (Chile, Uruguay, Argentina) están progresando en su
digitalización a tasas más altas, ensanchando la brecha con México, por lo que
el reto es crecer a una tasa más rápida. Uno de los obstáculos estructurales
para acelerar la digitalización del consumo en México es la distribución del
ingreso: México posee 20% de hogares (5.488.000 con 28.200.000 individuos, de
acuerdo a INEGI) con ingresos inferiores a los US $233. Para este sector, la
compra de una canasta básica de servicios digitales (2 celulares en el hogar,
TV de paga y banda ancha fija) requiere una erogación equivalente a más del 34%
de sus ingresos. Este problema es principalmente de ingresos, ya que México
presenta un índice de asequibilidad digital de 94.7 puntos, valor incluso
superior al promedio de OCDE (93.9 puntos). La población de bajos ingresos se
concentra principalmente en las zonas rurales, donde la cobertura de banda
ancha fija es inferior que en el resto del país.
Mientras la digitalización del
consumo representa un cambio fundamental en el comportamiento de individuos y
grupos sociales, la digitalización industrial mejora la productividad en las
empresas, siendo la aceleración de esta última una opción para incrementar el
avance digital en el país.
Así, el hallazgo es que la
digitalización industrial de México muestra un retraso respecto a otros países
latinoamericanos y Europa Occidental. Por ejemplo, considerando el índice
promedio de industrias en la región, la diferencia entre Chile y México es
importante, lo que podría implicar una desventaja competitiva de México, máxime
si se visualiza que la reducida diferencia entre Argentina, México y Brasil
indicaría una ventaja de Chile y Colombia respecto a las otras naciones.
Sin embargo, a pesar de la
situación promedio de México, hay empresas con un elevado índice de
digitalización. Con un promedio de 46 en el índice de digitalización agregada
de procesos productivos, 40% de las empresas de la muestra de México poseen un
valor superior al de Chile como país. Los sectores más avanzados en
digitalización son: Comercio minorista, Bienes de consumo masivo, y Ciencias de
la salud (industria farmacéutica). Por otra parte, el sector menos
consistentemente avanzado en digitalización es Manufactura.
En términos de digitalización
en la cadena de valor de la empresa (Infraestructura, Abastecimiento,
Procesamiento, Distribución y Ventas), México ocupa una posición avanzada en
Distribución y Ventas. Todos los países están posicionados de manera avanzada
en lo que hace al índice de Infraestructura, lo que no indica un retraso de
México en esta área, siendo el desafío primordial en Abastecimiento y en
Procesamiento.
Aún estos descubrimientos, el
estudio valora que México está bien posicionado para abordar la transformación
digital en la cadena productiva pese a la posición desventajosa actual. Las
áreas de fortaleza de las empresas para afrontar la transformación digital
–identificados por ellas mismas- son: Procesos de gobernanza para afrontar la
transformación y la Definición de indicadores de desempeño. Las áreas débiles
son: Cultura y grado de preparación para afrontar la transformación digital y Barreras
institucionales a la transformación digital.
¿Porqué las empresas
latinoamericanas, incluidas las mexicanas, no logran implementar la
transformación digital?
Las compañías encuestadas en
toda la región afirman que la digitalización de procesos productivos es
fundamental para aumentar la competitividad. Sin embargo, estas están lejos de
transformar las inversiones en aumentos de la productividad. Para ello es
necesario que la adopción de tecnologías digitales se combine con un trabajo
meticuloso de reorganización de procesos, restructuración de la organización y
capacitación de los recursos humanos.
Específicamente el estudio de
gA muestra que:
• Aproximadamente la mitad de las empresas de la región
carecen de una estrategia digital definida.
• Más allá del CIO, la alta gerencia tiende a no estar
involucrada en el esfuerzo de transformación digital de la empresa.
• Cuando existen casos de transformación digital que están
siendo implementados, en la mayoría de los casos, éstos son realizados de
manera aislada y/o en silos.
Salvo que una empresa haya
nacido “digital”, la re-fundación es un proceso donde las premisas del negocio
definidas en su origen son cuestionadas y un nuevo modelo operativo es
definido. Cada empresa operando en entornos competitivos específicos es un
sistema único que necesita definir la estrategia digital que más se adecúe a su
circunstancia.
Cuanto antes América Latina
encare este desafío, la región estará lista a competir en condiciones de
paridad con el mundo industrializado. Retrasar la transformación digital de las
economías latinoamericanas no es una opción si queremos asegurar nuestro
crecimiento futuro.
Las empresas mexicanas están
frente al desafío fundamental de hacerse más productivas, no sólo por su
beneficio, sino por la de la economía y contribución al crecimiento nacional.
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